En las carreteras del norte argentino hay pequeños altares donde los creyentes se encomiendan a santos y santas. Una de las sorpresas de esta zona son los altares que aparecen muy a menudo en honor a Antonio Gil, llamado el gauchito. Se dice que este hombre fue asesinado y luego convertido en santo pagano. Existe una veneración enorme a este hombre. Se colocan toda clase de objetos personales así como alcohol al lado del altar, que se caracteriza por las banderolas rojas que lo decora.
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