sábado, 4 de enero de 2014

Buenos Aires singular

En Buenos Aires existe una actividad singular: el paseador de perros.

 Otra actividad es las actuaciones en los transportes públicos. Cada vez que subimos al subte alguien vende objetos diversos: guías del transporte en Buenos Aires, agujas para coser, libros para los niños para colorear, cortauñas, chicles, etc... Un sinfín de utensilios a 5 o 10 pesos que les ayuda a ganar dinero. Pero lo más curioso para mí es el éxito de los que tocan música y cantan. Cuando terminan todo el vagón aplaude y mucha gente les da dinero. 


Buenos Aires parece que se despoja de los muebles antiguos. La clase media alta vendió sus muebles que se encuentran repartidos por los anticuarios, subastas y curiosamente en túneles del tren de la Costa, centros comerciales en decadencia, mercados...









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