Recorriendo Buenos Aires

El cementerio de Recoleta es uno de los más bellos que he visto jamás. No es enorme, pero impresionan los bellos mausoleos coronados de estatuas de ángeles en lo alto como despidiéndose de los difuntos en su elevación. 

Cola ante el mausoleo de Evita.

En muchos lugares de la ciudad queda patente la fe religiosa de los argentinos, como en este altar en el subte (metro).

En cuanto al transporte colectivo, muy necesario en una ciudad tan grande, es de lo más variopinto. Los colectivos (autobuses) están decorados con estampas de vírgenes o con peluches. Se pagan 3 pesos únicamente con monedas, ya que no hay cambio en el interior. El problema es que nadie tiene monedas de 1 peso o de 5, 10 o 25 centavos. Esta mañana un conductor muy amable nos cobró sólo a los adultos y varias mujeres del autobús nos dieron cambio dentro para que pudiéramos pagar. No es un medio fácil para turistas pero tiene encanto descubrir como se ayudan las personas para solucionar estas dificultades del transporte. He aquí el bus de esta mañana.

 

En cuanto a los taxis, el asunto es aún más complicado...

Son negros y amarillos pero no son recomendables porque ultimamente se aprovechan de los turistas y les dan el cambio en billetes falsos. 

Existen grupos de taxis particulares llamados remises a los que se llama por teléfono, te dan su número para que los reconozcas cuando van a buscarte y son más seguros. 

Existe el metro (subte) que cuesta 3,50 pero hay pocas líneas y son paralelas, así que hay que llegar al centro para cambiar de línea.

En conclusión: nos compramos una tarjeta llamada "sube" que se recarga y sirve tanto para bus como para subte (el metro), aunque caminar mucho es lo mejor. 

Llegada a Buenos Aires

Después de 16 horas de vuelo llegamos a la capital. Recorrimos  7493 kilómetros antes de nuestro circuito de miles de kilómetros por el país. Estamos agotados, pues nuestros cuerpos ya no caben en las sillas estrechas de los aviones. Aquí baten records de temperaturas: 40 grados sofocantes con un sol abrasador. Hemos llegado deshidratados tras colas y más colas y una hora en taxi desde el aeropuerto Ezeiza. 

La mitad de los barrios céntricos sufren apagones de luz y hay manifestaciones en la Plaza de Mayo para pedir cambios en el suministro de luz. Los bomberos debieron desalojar a ancianos encerrados en sus casa y deshidratados que no podían salir de sus casas porque los ascensores no funcionaban. Así que hemos cambiado de alojamiento porque nuestro modesto alojamiento llevaba ya más de 12 días sin luz. Estamos en unos apartamentos con cocina recién estrenados, les faltan utensilios de cocina, papelera, caja fuerte, perchas en el bonito armario, colgador para toallas mojadas, enchufes (hay cables que salen de la pared, pero no estan terminadas las instalaciones eléctricas). Tampoco hay sillas para comer, así que parece que hacemos un picnic cuando comemos. A pesar de ello estamos felices porque hay piscinas, gimnasio, lavandería, sala wifi y jacuzzi. Todos lujos que no aprovechamos por culpa del calor.

En el obelisco se manifiestan jóvenes y no tan jóvenes, unos con el mate a cuestas y otros bailando al son de la música de los "callejeros", un grupo de rock.

En Argentina la moneda es el peso. En algunos lugares turisticos se aceptan dólares o euros, pero el cambio oficial es muy bajo: 1 dólar= 6,90 pesos. Existen " cuevas" donde te cambian los dólares a mejor precio. Estos lugares son ilegales pero nadie les denuncia. Hoy me han cambiado los dólares en el barrio de Belgrano a 9:50. 

 Para que tengais una idea, estos billetes son de 5 y 10 pesos, unas 5 y 10 coronas al cambio oficial. 

La moneda de 1 peso es para el turista que quiera ir en bus, difícil de conseguir. Ya os contaré por qué en otro momento.

Para terminar el día fuimos a la librería Ateneo, un antiguo teatro que ahora alberga una librería con aire artístico, la librería más bonita del mundo. 

A pesar de ser verano y de que muchos bonarenses están en la playa, sigue habiendo vidilla en la ciudad.

El recorrido

Y aquí tenéis el recorrido: Buenos Aires, Puerto Iguazú, Salta, Jujuy, Purmamarca, Cafayate, Mendoza, Bariloche, El Calafate, Ushuaia, Tepalque.

Argentina, ¿por qué?

Mi historia con Argentina viene de lejos. Nunca he estado allí antes, pero hace años que los relatos de conocidos y amigos me han hecho pensar que en otra vida yo estuve enamorada de este país, que estuve viviendo en Buenos Aires y por eso ya la conozco.
Cuando Tom y yo nos casamos, en mayo de 2004 nuestros amigos españoles nos preguntaron si teníamos lista de bodas. Una lista de bodas es una lista de objetos de una tienda que los novios realizan para que sus amigos compren lo que éstos quieren realmente, o necesitan. Es típicamente español.
No tuvimos dudas. No teníamos lista pero podían ingresar dinero para un viaje futuro a Argentina.
10 años más tarde, con unas arrugas de más y dos niños de 9 y 12 años a cuestas... !ahí vamos!
Este es el relato de nuestras vivencias.